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Císcar: «Cuando yo compro una galería no sé si el galerista es traficante»

Vía ElPaís.com / FERRAN BONO

Consuelo Císcar inauguró una exposición en el IVAM con Gao Ping en 2008. / TANIA CASTRO

La directora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), Consuelo Ciscar, se refirió ayer por primera vez a la relación con Gao Ping, detenido como supuesto cabecilla de la Operación Emperador, a quien el museo le compró 61 fotografías en 2008 por 440.280 euros y con el que organizó dos exposiciones. “Cuando yo compro en una galería no sé si el galerista es traficante”, explicó, antes de trazar un curioso paralelismo antropófago y criminal: “Cuando voy a la carnicería [el carnicero] no sé si, en vez de matar animales en el matadero, mata personas”.

 “Esto son cosas que pasan y que nos sorprenden a todos, por supuesto, pero es una compra administrativamente correctísima y dentro de los parámetros de lo que valen las obras en mercado”, incidió la directora del IVAM al ser preguntada sobre la relación entre el instituto y la mafia china en la presentación de una exposición sobre Pinazo.

Ciscar destacó que el presunto líder de la red de blanqueo de dinero mantuvo relaciones con otras instituciones como las Naves del Matadero, en Madrid, o con centros de Estados Unidos, Noruega, Chile y Cuba. “Este señor ya estaba en la feria Estampa, estaba en la feria Arco, estaba relacionado con el mundo del arte. Tenía una galería en Madrid, otra galería en Pekín”, insistió.

La directora atribuyó la relación a que el arte chino tiene “un 42% de incidencia en el mundo, mucho más que EE UU y mucho más que cualquier país”, lo que supone “mucha presencia en todos los países”, según Efe. Agregó que el IVAM “apuesta muy claramente por la fotografía, su colección es una de las mejores de Europa”, y por eso “era muy importante tener relación con China”.

“No temo nada en absoluto”, continuó Ciscar, que aseguró que no es “inusual” que los museos compren obras de arte “por lotes” y que su museo ha realizado estas adquisiciones “muchas veces”.

Varios profesionales, con reputada experiencia en la dirección de museos nacionales e internacionales, han señalado a este periódico que comprar a un mismo galerista, sin prestigio consolidado, un lote de 61 obras de tantos artistas diferentes, sin comparar precios ni investigar, es una práctica “anormal, insólita, rara”. La galería de Gao Ping solo asistió como tal a la feria de Arco en 2011, tres años antes de la compra del IVAM.

Este periódico ha comprobado que el valor en subastas internacionales de 28 de las 61 fotografías compradas, entre ellas las copias más cotizadas, asciende a 109.852 euros. Se adquirieron por 440.280 euros. Ni el IVAM ni la Consejería de Cultura han dado la lista completa de obras y el precio pagado por cada una. Cultura ha remitido a la comparecencia de la consejera, Lola Johnson, en el Parlamento valenciano, donde responderá a una batería de preguntas de la oposición.

Polémica en torno a los Premios Oficiales – Marías dice «no quiero» a Cultura

El escritor madrileño rechaza el Premio Nacional de Narrativa por su novela ‘Los enamoramientos’ Ya había dicho y escrito que no deseaba recibir recompensas institucionales
Vía ElPaís.com / WINSTON MANRIQUE SABOGAL

Lo había dicho y escrito en varias ocasiones: “No recibiré ningún premio institucional”. Solo le faltaba a Javier Marías cumplir con su palabra. Y ayer lo hizo. Al escritor y académico de la RAE, la noticia de que había ganado el Premio Nacional de Narrativa por su novela Los enamoramientos (Alfaguara) no le cayó demasiado bien. O le cayó a la perfección para eso, para cumplir con lo dicho y escrito. Consecuencia lógica de todo ello, rechazó educada pero tajantemente el galardón,concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y con una cuantía económica de 20.000 euros que, ahora, se quedarán en la necesitada hucha ministerial.

Una sorpresa más que le depara la novela de la que Javier Marías (Madrid, 1951) aún se siente inseguro y con dudas. A pesar de que ha tenido el favor del público y de la crítica y que ya han sido vendidos sus derechos a más de veinte idiomas. Pero él cree que debe ser consecuente y coherente con su actitud de los últimos años. Una postura de rechazo al premio que aunque tiene una razón clara, está rodeada de otras tres. Las desveló, poco a poco, desde las seis de la tarde en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, a donde llegó vestido de negro y camisa blanca, tras andar unos veinte minutos desde su céntrica casa bajo un cielo plomizo en tregua con la llovizna.

Una vez en el salón Ramón Gómez de la Serna, y frente a medio centenar de periodistas, Marías sacó del bolsillo de la chaqueta una hoja blanca doblada en cuadro partes. La desdobló y empezó a leer los motivos con voz clara y templada:

“No quiero ser visto como un autor favorecido por este o aquel Gobierno”

“Ante la noticia de que mi novela Los enamoramientos ha sido distinguida con el Premio Nacional de Narrativa de este año, quisiera agradecer profundamente, antes de nada, la gentileza y la generosidad de los miembros del jurado por haberla tenido en tanta consideración.

Al ser este un galardón institucional, oficial y estatal, otorgado por el Ministerio de Cultura, no me es posible, sin embargo, aceptarlo. Lamentaría que esta postura mía se viera como un desdén hacia nadie. No lo es. Se trata solamente de una cuestión de consecuencia. Es decir, de mi deseo de ser consecuente.

Desde hace muchos años no he aceptado ninguna invitación de los institutos Cervantes, ni del Ministerio de Cultura, ni siquiera de las Universidades públicas o de Televisión Española. Durante todo este tiempo he esquivado a las instituciones del Estado, independientemente de qué partido gobernara, y he rechazado toda remuneración que procediera del erario público. (…) Y en verdad lamento no poder aceptar lo que en otras épocas habría sido tan sólo motivo de alegría».

Terminada la lectura llegaron las preguntas y las respuestas. Recordó el escritor y académico que es una decisión coherente con otras porque este año ya rechazó un premio oficial, que no reveló, dotado con 15.000 euros (“Este año ya he rechazado dos premios con un total de 35.000 euros. No sé si estoy siendo muy sensato”). E hizo otra confesión: el año pasado pidió a sus colegas académicos de la RAE que barajaban su nombre como candidato al Premio Cervantes que no lo hicieran. Y cuando uno de los tomos de su trilogía de Tu rostro mañana sonó para el Nacional de Narrativa, le dijo a su editora que no lo recibiría. Una postura que tiene clara desde 1995.

Los motivos

El revuelo causado por la decisión de ayer en todos los medios de comunicación y en las redes sociales que apoyaban y aplaudían su decisión, incluso sin saber los motivos, sorprendió a Marías. Varios miembros del jurado se han mostrado sorprendidos. Marcos Giralt Torrente, ganador el año pasado por Tiempo de vida dice que “con esto Marías contribuye a devaluar uno de los pocos premios que, con equivocaciones o aciertos, no están vinculados a en España a intereses editoriales”.

Para el autor de Los enamoramientos las sensaciones son contradictorias, primero por que es un halago y segundo porque no cree que deba ni pueda recibir un galardón oficial: “Sería una sinvergonzonería por mi parte aceptar ahora un premio cuando he estado tantos años diciendo que no lo recibiría. No quiero prestarme a estar involucrado en cualquier tipo de sospecha o de recibir favores. Es una actitud consecuente. Sería indecente aceptarlo”.

Preguntado sobre si había algún motivo político en su postura, él que ha sido tan crítico con el gobierno de Rajoy y con los recortes a la Cultura, Javier Marías dijo: “No exactamente. Mi postura viene de antiguo y no tiene que ver con quien gobierne. El Estado no tiene que darme nada por ejercer mi tarea de escritor que es algo que he elegido yo por propia iniciativa”. Pero dos segundos después reconoció: “Quizá este momento, por toda la situación política, añade otro motivo más para mi decisión”.

¿Y por que no aceptarlo como reivindicación positiva y donar el dinero? “Hubiera sido demagógico. Ellos sabrán qué hacer con el dinero, o darlo a las bibliotecas públicas, cuyo presupuesto es cero”.

Apareció, entonces, un tercer motivo: Su padre. El hecho de que Julián Marías, gran ensayista que falleció a los 91 años, nunca recibió el premio de Ensayo, por lo cual considera que no debe ni puede recibirlo él tampoco. Así lo recordó en un artículo de junio de 2011 en su columna de El País Semanal. Un momento emotivo en el que evocó a grandes autores españoles que nunca recibieron premios, como Juan Benet, Jaime Gil de Biedma o Juan García Hortelano. No olvidó a aquellos autores contemporáneos a los que también los premios han sido esquivos como Eduardo Mendoza o Enrique Vila-Matas. Eso no significa, aclaró Marías, que los galardones oficiales no hayan reconocido a importantes autores como el Cervantes a Juan Marsé o Rafael Sánchez Ferlosio (“que está más allá del bien y del mal”), o el Nacional a Antonio Muñoz Molina.

La votación

La posibilidad de que Javier Marías rechazara el Premio Nacional de Narrativa sobrevoló ayer por la mañana la reunión de los 11 miembros del jurado, formado por personalidades del mundo de las letras. “Todo el mundo dio por supuesto que lo aceptaría, pero alguien preguntó qué pasaría si no era así”, recordaron varios jueces del galardón. La respuesta a esa posibilidad llegó de parte de las dos representantes de Cultura (que cuenta con voz, pero sin voto): “Marías sólo rechaza los viajes subvencionados”. Se trataba de la presidenta del jurado -la directora general de Políticas e Industrias Culturales y del Libro, Teresa Lizaranzu-, y la vicepresidenta -la subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, Mónica Fernández. Sí hubo un debate, pero los miembros del jurado y fuentes del Ministerio aseguran que la decisión final se adoptó teniendo en cuenta “solo criterios estrictamente literarios”. Poco antes del mediodía, la novela de Marías ganaba por mayoría.

Este nuevo capítulo de la vida de Los enamoramientos empezó hace un par de semanas. Fue cuando los miembros del jurado recibieron un correo electrónico del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en el que se les pedía que sugirieran dos novelas candidatas, “excepcionalmente tres”. El número final de candidatos fue “de entre 15 y 20 nombres”. La decisión final se dio ayer en un salón de la quinta planta de la subsecretaría de Estado de Cultura en su sede de la Plaza de las Cortes, de Madrid. Alrededor de una mesa se inició una ronda de votaciones con sobre cerrado en la que se fueron dejando fuera candidatos. En total fueron ocho votaciones. “Primero se vota a cinco nombres, luego a cuatro, luego tres y luego dos. En cada una de esas votaciones fueron cayendo candidatos, en la primera tanda quien tenía cero o solo un voto, en la siguiente los que solo tenían cero, uno, o dos votos, y así sucesivamente. Al final quedaron dos nombres. Las dos o tres novelas finales eran muy buenas”. Y ganó Los enamoramientos.

Los delegados del Ministerio pidieron no divulgar la noticia y esperar un par de horas, para dar tiempo a comunicar al ganador e informar al ministro José Ignacio Wert. Pero, poco antes de la una de la tarde, EL PAÍS dio la exclusiva en su edición digital. Luego, antes de la hora de la comida, una delegada del ministerio habló con Marías, quien le explicó los motivos por los cuales declinaba el premio. Silencio. Poco después de las tres de la tarde, EL PAIS anunciaba otro vuelco en la noticia al anunciar que Marías rechazaba el galardón. El teléfono del escritor no dejaba de sonar con múltiples felicitaciones unas por el premio, otras por rechazarlo y unas cuantas por los dos. Las redes sociales empezaron a hacer lo mismo.

Hacia las cinco y media, Javier Marías, atravesó andando el centro, subió a la quinta planta del Círculo de Bellas Artes, y entró en la sala Ramón Gómez de la Serna donde contó la alegría y la pena por no aceptar el premio para Los enamoramientos. Es su novela número 11, o 13 si se cuentan de manera individual los tomos de su trilogía Tu rostro mañana. Precisamente esta es la novela que él considera la mejor de su obra, y junto a ella otras como Corazón tan blanco, Mañana en la batalla piensa en mí y Negra espalda del tiempo. “Pero el propio autor es el peor juez de lo que hace”.

Casi una hora después de preguntas, la sala quedó vacía y ante la pregunta de si su decisión de ayer podía ser negativa para posibles nuevos premios internacionales, Marías insistió en que no porque su posición es sobre los premios oficiales en España. En total, él ya ha recibido una veintena de galardones nacionales e internacionales. La penúltima distinción simbólica es que este otoño ha entrado a formar parte de la selecta colección de Modern Classics de la editorial británica Penguin.

¿Y esta decisión de rechazar premios oficiales en España no afectaría a una posible candidatura al Nobel, donde su nombre suele aparecer en las quinielas y apuestas? “La Academia sueca, que yo sepa, no tiene ningún motivo para concederme el premio. Y no tengo que preocuparme por algo que no va a suceder”.

* Con información de Antonio Fraguas

Entre la tristeza y la sorpresa

ANTONIO FRAGUAS

Las 11 “destacadas personalidades del ámbito de las letras” que el Ministerio de Cultura designó como miembros del jurado para fallar ayer el ganador del Premio Nacional de Narrativa no podían sospechar que el escritor madrileño Javier Marías, galardonado por su novela Los enamoramientos (Alfaguara), fuera a rechazar la distinción.

Marcos Giralt, que formó parte del jurado en calidad de ganador de este mismo galardón el año pasado por su novela Tiempo de vida, siguió en vídeo el final de la rueda de prensa que Marías ofreció ayer por al tarde en Madrid. Giralt expresó su decepción por vía telefónica: “Con esto contribuye a devaluar uno de los pocos premios que, con equivocaciones y aciertos, no están vinculados en España a intereses editoriales. Siento tristeza por quien podía haberlo ganado en su lugar”.

“Respetando las razones por las que los pueda rechazar, me parecería más útil que hubiese aceptado el premio y destinado el dinero a la caridad o a una organización que represente su desacuerdo político. Los miembros del jurado no representan a ningún Gobierno. Los representantes del Gobierno tienen voz pero no voto. El dinero se lo da el Estado, pero el premio se lo da un jurado”, ha añadido Giralt.

Darío Villanueva, secretario general de la Real Academia Española se declaraba “muy sorprendido” antes de entrar a una reunión de esa institución: “El jurado hizo lo que tenía que hacer. Hubo ocho votaciones y al final de esas votaciones se eligió a Marías por una amplia mayoría. Salí muy satisfecho del comportamiento del jurado, hubo debate no agrio pero sí intenso. Pienso que esta novela merecía este premio”. En el mismo sentido se expresó Jon Kortazar, jurado a propuesta de la Real Academia de la Lengua Vasca: “Me parece una magnífica novela que merecía el premio”.

La periodista Soledad Gallego-Díaz, miembro del jurado por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España, señaló: “Los enamoramientos’ estuvo entre las favoritas desde el primer momento y la hemos elegido porque nos parecía la mejor”.

‘Ecce Homo’: el efecto birria

Iglesia del Santuario de la Misericordia en Borja / EL PAÍS

Vía ElPaís.com

* Una anciana protagoniza el culebrón del verano con una obra de arte irrelevante

* El caso representa la victoria de la banalidad en un mundo infantilizado y cínico

 Desde el principio mismo del periodismo, todos los veranos se ha ofrecido a los lectores algún sonado culebrón que, sin ser falso del todo, resultara especialmente distraído. En el pasado los veranos carecían, en general, de noticias bomba (olvídese Hiroshima) y en la vacación crecían toda clase de monstruos del Lago Ness que suplían la falta de otras carnazas mediáticas.

La Gran Crisis, sin embargo, con su incesante superproducción de apocalipsis habría bastado este año para llenar las enflaquecidas páginas de los diarios, pero hastiado ya el público de tanta amargura económica una menuda anécdota risueña como la birriosa restauración del Ecce Homo en la iglesia de la Misericordia de Borja, en Zaragoza, ha dado la vuelta al mundo.

Simultáneamente a esta cómica peripecia a cargo de una anciana tan beata como inocente han ocurrido millones de hechos tanto o más chistosos en todo el planeta. La razón, no obstante, de que haya cundido esta historieta en Internet y a lo largo de más de 130 países no es otra que el efecto explosivo del bodrio actual que lo mismo hace un tesoro de un best-seller que una carga nuclear de un error económico o político. En definitiva, todo depende de la misma arbitrariedad de un mundo sin orden moral o cultural y de su consecuente capacidad para convertir sin mesura un particular desajuste en general epidemia.

Pero siendo esto así, el hecho de que precisamente una abuela protagonizara el actual estropicio aumenta el interés del caso. Los jóvenes no interesan ya como interesaban: no solo se encuentra parados en más del 50% dentro de España sino que, en general, se les tiene por una generación perdida. Perdida y no hallable en ningún templo de sabios. Perdida en el seno de la crisis y desacreditada como alternativa a casi todo. Ahora, inesperadamente, son los viejos, desde Hessel a José Luis Sampedro, desde Bauman a pintoras suprematistas, quienes llaman la atención como alternativas. No es seguro que sepan mucho más respecto a los remedios ni sirvan realmente como opciones eficaces, pero la palmaria ineficiencia de las nuevas generaciones contribuye a su visibilidad y a la fe en sus mensajes.

El caso de Cecilia Giménez, la apasionada y humilde pintora aragonesa que con su audacia ha causado el mayor daño imaginable (imaginario) al ya torturado Ecce Homo que pintó en el siglo XIX un mediocre artista de Requena no tiene importancia artística alguna. Más bien si se trata de explicar su clamoroso éxito en las redes sociales y desde Le Monde al New York Times online lo significativo es la victoria de la máxima banalidad en el centro de lo sublime. La mofa involuntaria de lo divino trufada, sin embargo, de la más acendrada fe.

Simultáneamente han ocurrido otros hechos chistosos sin trascendencia

En el conspicuo circuito de la estética, lo feo muy feo llega a derivar en lo grotesco y lo grotesco se emparenta, al final, con lo risible. De modo que lo que fuera un malestar para el alma pasa a ofrecerle un bienestar y de provocar rechazo llega a suscitar simpatía. Ocurre, de modo parecido, con lo solemne o tenido por excepcionalmente sagrado. Su probable exageración lo aproxima a la grandilocuencia y lo que parecía muy lleno gira hacia lo vacuo.

Casi todo esto lo ha logrado involuntariamente la buena Cecilia. Su afán de embellecer un Cristo deteriorado por la humedad y el salitre ha producido, como efecto de su santa audacia, una irreverente caricatura del Hijo de Dios, más feo que Picio.

¿Blasfemia? La blasfemia ha perdido relevancia social, aunque a la Iglesia todavía le sirva para teatralizar escándalos. La Red, como patrón general del nuevo y extraño valor de las cosas, es el nuevo Dios sin religión alguna. Todos los blasfemos, empezando por Madonna y siguiendo por el modo de cocinar al Crucificado, son necesariamente religiosos. Tienen en su ánimo la intención de profanar porque todavía son creyentes. La Red no es ni Dios ni el Anticristo. Liga sin religión.

En este caso y en todos los demás la Red goza con los enlaces y posee una naturaleza tan peculiar e inédita que en su malla se va conformando un ciudadano imprevisto. Contra la idea de que el mundo se ha infantilizado y el adulto se comporta ahora como un niño, la red pone de manifiesto un modelo de individuo que, tras la cultura de consumo, se ha convertido no en un tipo pueril sino, ante todo, cínico. Al niño (infans) se le conoce porque no puede hablar, pero el ser de la Red es ante todo locuaz, expresivo y facundo. La Red no es sino una textura vibrante, tan ensordecedora como zumbante.

Todo depende de la arbitrariedad de un mundo sin orden moral o cultural

Desde ese medio el hecho se propaga a través de una dinámica multípara. El ejemplo actual del miedo difundido y contagiado a todo el mundo lo rubrica. Se extiende en lo económico como una sustancia que lo embadurna todo. Pero no pega entre sí a los individuos sino que, por el contrario, los distancia. Crea desconfianza y multiplica la inquietud. Frente a esa fuerza del pavor, el humor es su antagonista. Mucho miedo, demasiado miedo a granel, llevaría —como sucede en no pocas películas de terror— a la histeria de la risa. Pero un miedo bien administrado como en estos tiempos de crisis segrega un caldo nauseabundo. Mientras el miedo ahuyenta, el humor aproxima.

Ellos son los dos grandes factores de la comunicación, tal como la red patentiza de distinta manera. La publicidad, todo el marketing, conoce de sobra la importancia esencial de hacer reír y el poder político se fortalece en hacerse temer. Mientras el miedo captura, el humor cautiva.

Millones de otros sainetes, cómicos o pánicos, podrían haber sido protagonistas del culebrón veraniego. Si a este le ha tocado la lotería (aunque la autora ha sido internada con espasmos de ansiedad) es porque la lotería toca y de su posible efecto inesperado nos contagiamos todos.

¿Derechos de propiedad intelectual? No es el asunto más grave pero sí altamente representativo. Toda copia, y tanto más cuanto peor es, descubre la debilidad o los defectos estructurales del original venerado. Como consecuencia, el original queda vergonzosamente al desnudo. El mito desmitificado.

El nuevo tipo humano que se deducirá de la Red y tras haber sido adiestrado intensamente en la cultura de consumo y en el ejercicio de la copia será, probablemente, más cínico, más irónico y, a la vez, más planetariamente urbano.

Lo universal puede traducirse en una pequeña parroquia zaragozana así como la desaparición de Madeleine en Portugal se convierte en una pesquisa de todo el mundo. La Red no sólo nos enreda: deshace la escala y también las jerarquías.

La acción a con la que la octogenaria Cecilia Giménez convirtió una suerte de Cristo de Limpias en una basura es inversa a la introducción del azafrán de aquella marca tradicional en el guisado casero. Lo uno y lo otro, el aquí y el más allá, el saber y el sabor, se entremezclan en la misma olla.

‘Carmina o revienta’, la revolución de Paco León

vía EUROPAPRESS

Cartel de la película ‘Carmina o revienta’ de Paco León

Liarse la manta a la cabeza… por amor a una madre. Paco León ha revolucionado el mundo de la distribución cinematográfica estrenando su ópera prima, ‘Carmina o revienta’, simultáneamente en salas de cine, DVD e Internet.

Así, en un inusual movimiento en el sector, la película se podrá visionar tanto en formato físico como en páginas de vídeo bajo demanda (VOD por sus siglas en inglés), así como en las poco menos de veinte salas de cine que, según el director, han aceptado proyectar su película.

«Si quieres que tu película tenga audiencia debes estrenar en Internet (legalmente), en DVD y en las salas cinematográficas, y hacerlo al mismo tiempo. No hay otra«, afirma León, el popular Luisma de Aída que debuta como director.

«Hay mucho que ganar y poco que perder. Yo creo que el futuro es simultáneo. Y cuanto antes sean cómplices de esto las salas, los exhibidores, mejor les irá y mejor nos irá a todos. La música ya ha hecho este viaje. Y este recelo y proteccionismo que hay con las ventanas es como querer parar el mar con las manos«, comentó el actor y director en una entrevista con la revista de cine Fotogramas.

La idea de esta peculiar distribución llegó con un estudio de mercado bastante particular que Paco León realizó entre sus más de 500.000 seguidores en Twitter.

«Hice un experimento, un tuit que decía: Me gustaría que todo el mundo pudiera ver Carmina o revienta en Internet por 1,90 euros. ¿La compraríais? Y mi teléfono empezó a arder. Recibí 1.000 tuits en una hora«.

‘Carmina o revienta’ cuenta la historia de una madre del extrarradio sevillano y sus vicisitudes para sacar a su familia adelante mientras reflexiona sobre su vida y su entorno. La película, protagonizada por la propia madre de Paco León y en la que también interviene su hermana María, ganadora de un Goya por «La voz dormida«, mezcla la ficción con momentos reales en la vida de la familia León.

La película fue galardonada con el premio a la mejor actriz (Carmina Barros, madre de Paco León), el premio del público y la mención del jurado en el Festival de Málaga.

CINE E INTERNET, UNA RELACIÓN AMOR-ODIO

La relación entre cine e Internet en España se ha visto salpicada de polémica en los últimos años, debido a las posiciones enfrentadas de internautas e industria.

Y es que si bien el 41,8 por ciento de los internautas mencionó en junio la descarga de cine o música como una de sus principales actividades en la Red en una encuesta del CIS, suele tratarse de copias gratuitas compartidas entre internautas en programas de intercambio o páginas de enlaces, y no en tiendas online que dediquen un porcentaje de beneficios a los creadores. Por su parte, la industria culpa a la piratería rampante de un descenso en sus ventas.

En 2011, el cineasta Álex de la Iglesia, entonces presidente de la Academia de Cine, se reunió con productores e internautas para acercar posturas y se mostró partidario de variar la estrategia legal y comercial para buscar nuevos modelos de negocio, una postura que no fructificó. Poco después, De la Iglesia dimitió de su cargo por discrepancias con una ley contra las páginas de enlaces.

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